Dios envió a Su Hijo único, Jesús, a la Tierra por un propósito principal: darnos una nueva vida. En Lucas 5:27-32, Jesús parafrasea Su misión de esta manera: "No son los sanos los que necesitan un doctor, sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores al arrepentimiento". Cristo vino para que los pecadores como usted y como yo podamos tener una nueva vida por medio de nuestro arrepentimiento y Su perdón. Nuestras vidas son cambiadas para siempre cuando nos arrepentimos y buscamos el perdón de Dios. La misión de Cristo es también nuestra misión. Somos llamados a ministrar no a los justos, sino a aquellos que están perdidos y necesitados de arrepentimiento. Si usted se ha arrepentido sinceramente de sus pecados y Dios lo ha perdonado, entonces tiene una historia que contar a aquellos que necesitan arrepentimiento. El cambio en su vida puede crear el mismo cambio en la vida de otro. ¿A quién conoce que necesite arrepentirse y recibir el perdón de Dios? ¿Cómo puede su historia del perdón de Dios ayudar a alguien más a venir al arrepentimiento?
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