Las maneras en que los seres humanos reaccionamos frente a una misma circunstancia, a veces resulta de lo mas variada.
Existía un rey dueño de una inmensa fortuna, este era un hombre muy temperamental además de supersticioso. Una noche soñó que había perdido todos los dientes. Inmediatamente después de despertar, mandó llamar a uno de los sabios de su corte para pedirle urgentemente que interpretase su sueño.
- ¡Que desgracia mi señor! - exclamó el Sabio - Cada diente caído representa la pérdida de un pariente de Vuestra Majestad.
- ¡Que insolencia! - grito el Rey enfurecido - ¿Cómo te atreves a decirme semejante cosa? ¡Fuera de aquí!
Llamó a su guardia y ordenó que le dieran cien latigazos, por ser un pájaro de mal agüero según él.
Más tarde, ordenó que le trajesen a otro sabio y le contó lo que había soñado. Este, después de escuchar al Rey con atención, le dijo: - ¡Excelso Señor! Gran felicidad os ha sido reservada. El sueño significa que vuestra merced tendrá una larga vida y sobrevivirá a todos sus parientes.
Se iluminó el semblante del Rey con una gran sonrisa y ordenó que le dieran cien monedas de oro. Cuando este salía del Palacio, uno de los consejeros reales le dijo admirado:
- ¡No es posible! La interpretación que habéis hecho de los sueños del Rey es la misma que la del primer Sabio. No entiendo porque al primero le castigó con cien azotes, mientras que a tí con cien monedas de oro.
- Recuerda bien amigo mío --respondió el segundo Sabio-- que todo depende de la forma en que se dicen las cosas y como veas y recibas lo que la vida te ofrece.
Tendemos a ver el lado negativo y pesimista a todo lo que sucede o alguna noticia que nos dan, fijamos nuestra mirada en lo que no pasó, en lo mal que salió lo que planeamos, pero no vemos que todo obra para bien, si algo salió mal, pues es porque Dios tiene un plan mejor. Tienes dos opciones: ganas o aprendes.
Puedes comunicar y recibir una misma verdad de dos formas: la pesimista es la que solo recalca el lado negativo de esa verdad; o el optimista, que sabrá encontrar siempre el lado positivo a la misma verdad.
Cuando caminas de la mano de Dios, confiando en sus promesas, todas las circunstancias difíciles que puedas atravesar serán la base para catapultarte hacia una victoria futura.
Desde ahora fija tu mirada en lo bueno, lo positivo, pues con Cristo nada será cien por ciento malo sino al contrario da la vuelta la carta y mira las sorpresas que Dios tiene detrás.
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