Imagina que llevas tu mochila a la escuela todos los días, solo que en lugar de estar llena de libros de texto, carpetas y cuadernos, está llena de las cosas que te preocupan, ansías o temores y más.
Podrían ser las próximas pruebas, un examen importante o una solicitud de ingreso a la universidad. Quizás alguien en tu familia está enfermo, o tus padres han estado discutiendo mucho últimamente.
Al igual que nuestros libros en una mochila, llevamos estas cosas con nosotros todos los días. Estamos agobiados, preocupados y exhaustos, y con el tiempo, realmente puede pesarnos.
Pero aquí está una de las cosas asombrosas de Dios: Él no quiere que lleves esas cargas solo. De hecho, ¡Él no quiere que las lleves en absoluto! ¿Por qué? Porque se preocupa por ti.
Verás, Dios no es un ser distante en medio de la nada. No, Dios es personal. Él te conoce y se preocupa por los detalles intrincados de tu vida. Sea lo que sea que te preocupe, Él quiere que se lo entregues. Él quiere que se lo des a Él, que se lo ofrezcas, porque Él puede manejarlo.
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