ESCRITURA:
Anecdota:
Un niñito trataba de mover una roca mientras su padre le observaba de lejos. El pequeño empujaba agotado, mas no podía darle vuelta a la piedra. Su papá, con una sonrisa, le preguntó: “¿Estás usando toda tu fuerza?” El niño respondió: “Sí, papi. Uso toda mi fuerza.” Y el papá le explicó: “No, no la estás usando porque no me has pedido que te ayude. Mi fuerza es tu fuerza.”
En ocasiones luchamos con problemas y decimos: “No sé qué hacer.” Nuestro Padre quiere que digamos: “Yo ya no tengo fuerzas”, y pidamos su ayuda. Él está allí. Dios nos prometió que nunca nos abandonaría, pero muchas veces quienes abandonamos a Dios somos nosotros mismos, porque no recurrimos a El para solicitar su dirección, No hay ningún problema demasiado grande para Jesús. ¿Cree en eso? Esperamos que sí.
Te comparto un mensaje del Hermano Adrian Rogers para animarte a depositar en Dios aquellas cosas que sientes que no puedes vencer.
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