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Foto del escritorGabriela Lizeth Figueroa

Tan grande amor de Dios



Si algo no deja de maravillarme es el amor de Dios: pues es tan grande, tan grande que puede perdonar aún las cosas más feas que hayamos hecho cuando llegamos con sinceridad delante de Él.


Y déjame decirte que ahora tenemos una ventaja sobre los pueblos antiguos y es que el trato es personal. Ya no necesitas que se pongan de acuerdo todos para ir a buscar a Dios y pedir perdón. No, ahora Tú, dondequiera que te encuentres, puedes, con toda libertad, buscar el rostro de Dios y hablar con Él.


Muchas veces pensamos que, por lo que hacemos, Dios se ha alejado de nosotros. No hay nada más falso que esa suposición. Y si estás pensando que es así, déjame darte una buena noticia: estás equivocado.


Dios está disponible las 24 horas, todos los días, y para todos los que buscan. ¿Qué te parece si este día examinas tu vida y descubres que hay cosas que corregir? Tomas la determinación de hacerlo: si has ofendido a alguien, lo buscas para pedirle perdón; si has tomado algo que no es tuyo, vas y lo devuelves; si estás engañando a alguien, cambias de actitud; y, por último, si le estas fallando a Dios, se lo dices. Te aseguro que, como dice su Palabra, Dios te perdonará y te sentirás feliz y sin culpas.

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