Hoy en día hay muchas adolescentes y jóvenes que luchan con pensamientos suicidas, depresión, culpa, angustia o soledad, las jóvenes de nuestras Iglesias no son la excepción. Si este es tu caso, tengo algo muy importante que decirte: Hay esperanza para ti, ¡Corre a Cristo!
Hace un tiempo conocí a una joven de unos 17 años, a la que llamaremos Susan. Ella ha estado luchando con pensamientos suicidas, sus padres han estado ausentes, aunque viven en la misma casa; ella no se siente amada, experimenta muy a menudo sentimientos de soledad y depresión, ha llegado a la conclusión que por su culpa sus padres no la aman.
Al escuchar la historia de Susan me entristecí bastante, me estremecía al pensar la cantidad de jóvenes y adolescentes que están viviendo esta misma situación en nuestras Iglesias.
Mientras trabajamos con Susan, pensaba en algunas cosas que debes saber si es allí a donde estas:
1- Busca ayuda inmediata
Es de suma importancia que entiendas que necesitas ayuda, estas en una situación delicada, no puedes manejar los pensamientos suicidas por ti misma. Acércate a algún adulto responsable que te pueda ayudar, dirígete a tus líderes, pastores y/o algún profesional clínico.
2- Corre a Cristo
Cristo es la roca inconmovible, si permaneces anclada a Él, estarás segura.
3- Aférrate a la palabra (Las Sagradas Escrituras)
Ten cuidado con aquello que estas creyendo, las voces que estas escuchando. Los pensamientos suicidas son guiados por tu mayor enemigo (Satanás) al igual que esos pensamientos de culpa, soledad y depresión; sustitúyelos con la verdad de Cristo, abre tu Biblia, estúdiala, memorízala, de manera que cuando lleguen esos pensamientos puedas recordar quien es Dios y lo que Él dice de ti.
4- Acércate a tu padre celestial por medio de la oración
Dios, es Dios de toda consolación, quien nos consuela en toda tribulación (Col. 1:3-4) Él te escucha, cuéntale acerca de tus aflicciones y pídele con todo tu corazón que sea El tu socorro y ayuda.
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