El Nuevo Testamento nos trae varios relatos de la vida y mensaje de Jesús, también tiene cartas y enseñanzas de los apóstoles que continuaron promulgando la enseñanza de Jesucristo después de su muerte, resurrección y ascensión.
A través de nuestra fe en Jesús, aceptamos su sacrificio por nuestros pecados y somos libres para participar en esta comunidad de Dios.
El Señor nos invita a vivir en comunión con él, a conocerle más y así desarrollar mayor integridad personal y preocupación por otros, además de dejar atrás las cosas que no agradan a Dios. El libro de Hechos nos relata varias experiencias y realidades de las nuevas comunidades cristianas que se formaron en los primeros años después de la vida de Jesús. El capítulo 2, versículos 42 al 47 nos relata la formación de una nueva comunidad y algunas de las marcas que la identificaba. Jesús enseñó que el pacto que había identificado al pueblo de Israel como pueblo escogido de Dios estaba abierto para todos los pueblos del mundo. Enseñaba la importancia del compartir de la comunidad en su interior, pero también del testimonio de la comunidad hacia la comunidad más amplia.
A través de nuestra fe en Jesús, ahora también somos parte de esta comunidad.
Es tiempo de obrar como parte de este cuerpo, cada quien con su funcion, funcion que descubrimos en CRISTO JESUS.
Comments