La integridad es difícil de definir. En el diccionario, se define como "apegarse a los principios morales y éticos". En la vida cotidiana, la integridad se define como ser honesto y confiable. Si basamos la integridad en estas dos definiciones, terminamos viviendo nuestras vidas basados en una verdad moral de nuestra elección y esperando que otros nos vean como confiables y correctos. Ambas definiciones son correctas y, al mismo tiempo, incompletas. La integridad es mucho más. La verdadera integridad es simplemente esto: vivir y hablar basados en lo que Dios dice que es correcto. La integridad significa basar nuestras palabras y nuestras acciones en Sus principios y Su verdad. ¿Por qué basarnos en los principios de Dios? Él es el autor de todo lo que es justo y verdadero. Cuando vivimos nuestras vidas declarando que Dios es nuestro creador, tenemos que entender que Él nos creó para vivir bajo Sus estándares de verdad. Dios nos creó para recibir de Él nuestros principios éticos y morales. Cualquier otro lugar donde basemos nuestros valores o verdades son opiniones de hombres, y por esta razón no se trata de integridad real. Si deseamos saber los principios de Dios y los valores morales que el aprueba únicamente debemos buscar en la Biblia esa verdad, no en las religiones ni en los hombres cuyas palabras y hechos se contradicen. Su verdad es la única cosa que nos guiará a una vida de integridad. Así que vivir con integridad significa decir que sí a lo que Dios dice que es recto y bueno, sin importar las consecuencias. La integridad es más valiosa que las riquezas y más importante que nuestra propia comodidad. Identificar y creer que la Palabra de Dios es el único estándar para evaluar y desarrollar nuestros valores más profundos es el primer paso para desarrollar integridad.
Decida hoy comenzar a abrir su corazón a un estilo de vida consciente de lo que es la integridad y de dónde proviene.
Encuentras este devocional completo:
https://bible.com/reading-plans/2442/day/1?segment=0
Comments