Cuando David se enfrentó a Goliat, sus posibilidades se veían poco prometedoras. David era un joven muchacho pastor de ovejas al que le gustaba cantar, pero enfrentarse y conquistar a su gigante fue el catalizador que llevó a cambiar el curso de su vida hacia convertirse en el rey más amado y famoso de Israel.
¿Qué gigantes tienes enfrentarte? ¿Te das cuenta de que estos gigantes podrían ser los catalizadores para cambiar tu vida? David supo que la fuente de su transformación no se hallaba en su propia habilidad, sino en Dios. Por eso declaró con valentía:
Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado.
David no estaba dispuesto a permitir que el gigante tuviera la victoria; él tenía la motivación para derrotarlo y aprovechó la oportunidad. Al igual que David, si tú pones tu confianza y esperanza en el Señor como la fuente de tu cambio, y permites que la sangre redentora de Jesús te cubra, el Espíritu Santo te va a empoderar para que puedas cambiar y derribar los gigantes que amenazan con tenerte de rehén, alejado del destino que Dios te ha dado.
De la misma manera, el Apóstol Pablo siempre apuntaba a las personas hacia Jesús como su fuente. En Colosenses 1:27 él declara “Cristo en ustedes, esperanza de gloria”. Cuanto más te parezcas a Jesús, más tu vida será transformada para bien. La fuente de tu cambio está en conocer a Cristo - ve a Su Palabra y allí encontrarás las llaves para derribar a esos gigantes.
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