Muchísimas veces pasamos por alto la soberanía de DIOS sin lograr entender sus juicios y mucho menos los caminos por los que nos toca recorrer. Vamos de un lado para otro; nos movemos de aquí para allá, pensando incluso que estamos haciendo todo bien y cuando nos damos cuenta ¡qué equivocados andábamos! Es difícil transitar por el camino correcto cuando estamos tan alejados de DIOS y mucho más difícil es comprender sus juicios cuando vamos por el lugar errado. ¿Con qué autoridad lo increpamos o nos rebelamos ante Él?, ¿Quién ha conocido la mente del SEÑOR, o quién ha sido su consejero?
Alcanzamos a entender y comprender lo que esté a nuestro alcance, pero ¿Quiénes somos para exigirle que obre de tal modo? “¿Quién le ha dado primero a DIOS, para que luego Dios le pague? Nadie, absolutamente nadie puede afirmarlo. El SEÑOR es el Creador del universo y todo le pertenece. Él tiene el dominio total del mundo, ¿Sobre qué base podemos demandarle? No somos más que vasijas de barro en su mano.
Aprendamos a entender la soberanía de DIOS y no cuestionar tanto sus juicios; no somos nada ni nadie para hacerlo. Su soberanía le pertenece “Porque todas las cosas proceden de él, y existen por él y para él. ¡A él sea la gloria por siempre! Amén
Te invito a entregarle tu vida al SEÑOR JESUCRISTO, para que sea el mismo SEÑOR quien te de la sabiduría necesaria para lograr entenderle, admirarle y obedecerle. Lo puedes hacer con una corta oración como la que puedo sugerirte; sin embargo, lo importante es la actitud de tu corazón, la sinceridad tuya:
SEÑOR JESUCRISTO: Te entrego mi vida para que seas mi SEÑOR y Salvador. Toma el control de ella y hazme la persona que según tu soberanía deseas que yo sea. Acepto que soy pecador y que necesito de ti. Gracias Jesús por venir a mí y perdonarme. Gracias por darme la salvación y enseñarme a vivir correctamente. Amén.
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