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Foto del escritorGabriela Lizeth Figueroa

La mejor inversión: tesoros en el cielo



La compra del “Seawards Folly” a los rusos, se concretó finalmente en un día como hoy de 1867, por la ínfima cantidad de $7 millones de dólares. fue adquirido por William Seward, Secretario de Estado del Presidente Andrew Johnson, quien vio la compra de la gigantesca Alaska como una oportunidad de expandir el tamaño de la nación a un costo muy bajo.


Durante años, los críticos de Seward lo ridiculizaron por haber comprado el congelador más grande que había; eso fue, hasta que se descubrieron grandes cantidades de oro y petróleo, lo que convirtió a Alaska en un tesoro nacional, al parecer, ilimitado y sin explotar.


Hoy  el señor Jesús dice, “¡compra, compra, compra! ¡Compra el campo, obtén el tesoro, sé como el comerciante que descubre la perla de gran precio y vende todo lo que tiene para conseguirla! Jesús está diciendo con toda claridad, que cuando lo tenemos a Él, (porque Él es la perla de gran precio), cuando poseemos el Reino, (por que ese es el tesoro en el campo), hemos adquirido algo de valor indescriptible e inestimable, algo que excede por mucho, por encima y por delante, ¡todo lo que podemos pedir o imaginar! ¡Este tesoro que poseemos nos proveerá de un despliegue eterno e infinito de bendiciones y aventuras, de las cuales ni siquiera podemos imaginar, ya que simplemente no tenemos la capacidad de comprender lo que ya es nuestro!


Algunos de nosotros poseemos mucho más de nada que otras personas: Condominios, artículos de lujo, un futuro asegurado, acciones, autos, casas, joyas , relucientes, por el momento todopoderosas, ¡y luego oxidadas y corroídas! Porque eso es todo lo que tienen al final. Desnudos llegan y desnudos, (¡sí, señor!) total y completamente desnudos, se irán. No obstante, para mí, es un horror constante la fuerte atracción que estos tesoros terrenales, el señor Jesús estaba en lo cierto: es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que un hombre que pone su esperanza en las riquezas entre al Reino de Dios.


Pueden estar seguros de estas dos cosas: El seguir a Jesús les va a costar todo; pero el seguir a Jesús ¡les hará ganar más de lo que ustedes puedan imaginarse jamás!


Reflexiona: Sin embargo, como está escrito: Ningún ojo ha visto, ningún oído ha escuchado, ninguna mente humana ha concebido lo que Dios ha preparado para quienes lo aman. 1 Corintios 2:9 

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