¿Cómo querrías que fuera la historia de tu vida? Todos tenemos un “lienzo” donde “pintar” la historia de nuestra vida. Si fueras a pintar la tuya, ¿Qué dibujo crearías?
El salmo 45 comienza diciendo: “En mi corazón se desborda un bello tema…” La historia de tu vida es determinada por lo que desborda de tu corazón. Recuerda, la transformación es siempre progresiva, siempre está cambiando y avanzando.
El apóstol Pablo sabía de primera mano lo que era la transformación. De perseguidor de cristianos a apóstol de la Iglesia, el lienzo de su vida dio un giro radical. Él admitió:
No es que ya lo haya conseguido todo, o que ya sea perfecto. Sin embargo, sigo adelante esperando alcanzar aquello para lo cual Cristo Jesús me alcanzó a mí. Hermanos, no pienso que yo mismo lo haya logrado ya. Más bien, una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está adelante, sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús. (Filipenses 3:12-14 NVI)
Pablo era muy consciente de que tenía muchas cosas por cambiar aún, pero entendía que no se trataba de la perfección, los títulos o los diplomas; sino acerca de la justicia de Cristo. Estaba comprometido a avanzar hacia la meta de la transformación a la imagen de Cristo.
Pablo se negó a huir de las pruebas y el sufrimiento que vienen con el cambio. Era un apasionado de la causa de Cristo y muchas veces esa pasión le trajo dolor. De hecho, la traducción en latín de la palabra pasión significa dolor.
En nuestra lucha por el cambio, debemos comprender que conlleva un cierto grado de dolor. El dejar “morir” las viejas formas de pensar, sentir y comportarse es, en el mejor de los casos, incómodo, y muchas veces, doloroso. No seas pasivo, sino comprometido para avanzar. El fruto es la recompensa; la bendición de Dios comienza a inundar tu vida mientras estás en el proceso de transformación, “de gloria en gloria”, día a día.
La vida está llena de situaciones donde debemos optar por pelear o huir. Si decides huir, enfrentarás la misma batalla más adelante. ¿Deseas cambiar tu vida? Tendrás que pelear por ella. Pero anímate, ¡Estás en buena compañía!
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