Siempre busco expresar mi agradecimiento en todas las formas posibles. Esto me llevó a decidir agregar al final del email alentador que escribo y envío diariamente a miles de personas llamado “Un Milagro Cada Día”, una expresión a modo de cierre que se ha convertido en nuestra frase estrella: “¡Gracias por existir!”.
¡Creo profundamente en el valor de animar a los demás! Y creo más fuertemente todavía, si cabe, que vivimos en una sociedad que tiende a poner de relieve las debilidades y los fallos de los demás, más que a decir lo bueno que tienen. Es por eso que hoy, quiero decirte: “¡Bravo! ¡Bravo por todo lo que estás haciendo! ¡Bravo por ser quien eres, y bravo por lo que estás recibiendo en Cristo! ¡Gracias por existir!”
En el libro de los Hechos, leemos que los discípulos se ministraron unos a otros a través del poder del aliento: “..., habiendo leído la cual, se regocijaron por la consolación. Y Judas y Silas, como ellos también eran profetas, consolaron y confirmaron a los hermanos con abundancia de palabras” (Hechos 15:31-32).
¿A quién puedes mostrar hoy tu cariño y gratitud por medio de esta simple frase, querido(a) amigo(a)? ¿A quién puedes animar hoy diciéndole: “¡Gracias por existir!”? Juntos, tenemos la habilidad de cambiar la mentalidad de nuestros países. ¡Tenemos la habilidad de soplar vida y crear una nueva cultura para este mundo, la del Reino de Dios, en la cual todo es posible, en la cual cada persona es querida y valorada!
Hoy, querido(a) amigo(a), te digo de todo corazón: ¡Gracias por existir!
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