Muchos de nosotros somos el resultado de un embarazo no planeado por nuestros padres, a otros se les ha hecho creer que son el resultado de un accidente o incluso un embarazo no deseado. Lo que sí es cierto es que Dios se valió de eso para traerte a este mundo y aunque fuiste concebido en una mujer, primero fuiste concebido en el corazón de Dios, el te planeo, pensó en ti y formó tu cuerpo, lo hizo con gozo y amor, soplo aliento de vida sobre ti y hoy anhela ardientemente tener comunión contigo. No como un distante creador cósmico sino como tu Padre.
Acércate hoy a Dios a través de una sencilla oración, pídele perdón con un corazón arrepentido y deja que sea su amor el que te llene.
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