En Mateo capítulos cinco, seis y siete, encontramos el discurso más conocido de la vida de Jesús. De hecho, casi todo el mundo (sean seguidores de Cristo o no), conoce alguna frase de este discurso ya que, aquí encontramos las famosas palabras «ama a tus enemigos» y «pon la otra mejilla». Cuando Jesús contó la parábola de los dos hombres y dio la clave para edificar una vida sólida que no se derrumba, estaba recalcando la importancia del discurso que había dado justo antes, y que se encuentra en los capítulos anteriores de Mateo.
Vemos que Jesús comparte nueve claves para la felicidad (lo que conocemos como «las bienaventuranzas») y termina con un reto y una promesa. Esto es esencial para entender, cómo construir nuestra casa sobre la roca. De hecho, el hombre imprudente que edificó su casa sobre la arena (Mateo 7:26), hizo lo opuesto a lo que nos indica en este versículo. Él pensó en cómo edificar de manera rápida y práctica, pero este versículo no nos habla de algo rápido y pasajero, nos habla de cambiar nuestra manera de pensar, para tener una mentalidad que planea a largo plazo. El apóstol Pablo lo entendió y lo vivió. ¿Cómo crees que vivió el apóstol Pablo una vida edificada sobre la roca?
No pensemos solo en esta vida, sino a largo plazo. Si pensamos que esta vida es solo eso: esta vida; es normal que evitemos ser rechazados, perseguidos o ridiculizados; pero cuando entendemos que esta vida es corta y que, lo que cuenta es la que viene, no nos importa ser perseguidos a causa de Cristo, pues sabemos que viene algo mucho mejor. Podemos mantener nuestra pasión, sin esconder nuestro amor por Él porque tenemos la certeza de que lo que viene, es mucho mejor que lo que podamos experimentar ahora.
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