Espero que su día vaya mejor que el martes 29 de octubre 1929. En Wall Street todavía lo llaman Martes Negro porque en ese día se produjo un pánico financiero. En un frenesí de ventas, los inversores perdieron 14 mil millones de dólares, una cantidad colosal en 1929. Algunos dicen que ese fue el comienzo de la gran depresión de los años 30.
¿Cómo calificaría usted su día? Hmm. . . tiene unos problemas en la cabeza, ¿eh? Le diré algo, recoja unas flores hoy. Fue un martes cuando Dios inventó los árboles y las flores. “Después dijo Dios: «Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol que dé fruto según su especie, cuya semilla esté en él, sobre la tierra». Y fue así. Produjo, pues, la tierra hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya semilla está en él, según su especie. Y vio Dios que era bueno. Y fue la tarde y la mañana del tercer día” (Génesis 1:11-13).
¡Qué diseño tan espectacular! ¡Qué ingeniería tan brillante! En verdad Dios nos debe amar en gran manera para que vivamos en una belleza tan grande. El Dios que le dedicó tanto cuidado al diseño en esa primera semana quiere estar también en su vida.
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