Cuando súbitamente ocurrió una tormenta, Jesús pudo calmar el viento y las olas y ofrecer tranquilidad a sus discípulos. ¿Qué desastre natural puede venir a quitar la paz? ¿Terremotos, tsunamis, tornados, deslaves, inundaciones? ¿Acaso alguna de estas cosas es mayor a Dios que las creó? Cuando estamos ante desastres naturales, es frecuente escuchar gente reclamando a Dios, diciendo: Dios, ¿por qué nos abandonaste?
Sin importar las adversidades las cuales están representadas en estos desastres naturales, la mano de Dios esta siempre al alcance, porque el es Dios y nunca nos abandona, todo están en que extendamos nuestra mano y tomemos la de El.
Porque el nunca nos abandona, siempre esta lo suficientemente cerca de nosotros.
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