Hay recuerdos y momentos dolorosos del pasado que a menudo parecen querer regresar a nuestras memorias. Algunas personas prefieren aferrarse con uñas y dientes a esos recuerdos como una forma de blindaje emocional o para esconderse de la realidad actual. Otras tienen un apego excesivo al pasado o tienen miedo a vivir algo nuevo. Sea cual sea la situación, la Biblia nos enseña a dejar el pasado atrás.
Hoy se nos invita a reflexionar y comportarnos como el apóstol Pablo: olvidar las cosas que quedaron atrás, avanzar para las que están adelante, y proseguir hacia la meta de nuestras vidas: ¡Jesucristo! Pero para no correr el riesgo de permanecer estancados sin vivir el pleno llamado de Dios, es necesario hacer algo: dejar el pasado, confiar en Cristo y avanzar.
Olvidando el pasado:
Entrega toda tu historia a Dios. Confía que él puede curar todo dolor y trauma que hayas vivido.
Ora, pide a Dios que te ayude a olvidar los sufrimientos del pasado y que retire todo lo que te impide avanzar por fe.
Pide perdón por los errores cometidos en el pasado. Perdona aquellos que te hirieron y perdónate a ti mismo.
No permitas que lo que te hirió en el pasado lo siga haciendo hoy. ¡Cierra la puerta! Avanza con fe rumbo a la meta: Jesús.
Habla sobre lo que te sucedió con personas más maduras en la fe y pídeles que oren por ti.
Apégate a la Palabra de Dios y busca tener una relación más cercana con el Señor.
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