Hace algunos días inicie una maratonica y profunda limpieza en una habitación, si alguna vez lo hecho, sabe de lo que estoy hablando,
sacar cosas viejas llenas de polvo que han estado guardadas por mucho tiempo es parte del trabajo, no dejaba de sorprenderme las cosas que había guardado por años, algunas ni siquiera me pertenecían pero estaban ahí ocupando un espacio, otras además de polvo tenían polilla y estaban echando a perder las que en realidad si son útiles; esto me llevó a pensar: En mi interior tengo recuerdos atesorados, emociones guardadas pero también me he encontrado la falta de perdón, el resentimiento, la amargura y el enojo...estas son las pequeñas zorras que destruyen, tuve que buscarlas como el cazador busca su presa, pues suelen ser escurridizas, parecen inofensivas pero su efecto es devastador en el corazón.
Si usted se identifica con mi historia, sin duda debe cazar estas zorras antes que le destruyan, examine su vida a la luz de las escrituras y bajo los estándares de Dios, sólo la preciosa sangre del Señor Jesucristo puede limpiarnos en un acto de fe y humillación.
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